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Instituto de Ensenanza Secundaria Al Baytar, Spain
The Life
of an aluminium can
chapter 1 chapter 2 chapter 3 chapter 4 chapter 5 chapter 5 (english)
Capítulo
4 La berlina se
acercaba más y más. Cuando llegó a la altura del contenedor, la lata
y el brick de leche saltaron. Durante un segundo la lata no pudo sentir
ni oír nada. Simplemente estaba cayendo en el vacío. Mientras el brick
de leche estuviera a su lado no tenía miedo. Finalmente, cayeron encima
de la alfombrilla gris que cubría el suelo,
a través del techo solar que la berlina llevaba abierto. Cuatro
hombres con trajes oscuros estaban discutiendo acaloradamente sobre algo.
Tan acalorados que no se dieron cuenta de la lata ni del brick. "¡Tú,
pedazo de imbécil!" gritó uno. " Fallaste el disparo por un
kilómetro!" "¿Cómo?",
protestó otro, " Race me empujó y disparé mal." "¡Basta!,
gruñó el primero, que parecía ser el jefe." Si ese perro va
fisgoneando por ahí y encuentra algo sobre nuestro negocio estamos
acabados". "Lo que
no acabo de entender," dijo un hombre gordo con fuerte acento
italiano," es qué es lo que hizo saltar la alarma en la fábrica.
Los hombres de Rodríguez sabían dónde estaban los sensores
infrarrojos, entonces ¿ qué la hizo saltar? "Sea lo
que sea,- refunfuñó el jefe- echó a perder
nuestro negocio con los rusos. Kovalev iba a pagar una buena
pasta para que entregáramos la cocaína a tiempo." Drogas que
arruinarían las vidas de millones de jóvenes que pusieran las manos en
ellas. Cuando se
dirigían hacia la plaza del Tribunal de Justicia, una hora antes del
juicio, Race, el muchacho rubio, salió del coche y se acercó a un
joven policía al que le quedaba grande la gorra de forma que se le caía
sobre los ojos. Habló con él durante un momento, le pasó un sobre con
dinero y volvió a sentarse en la berlina. La lata y el brick
aprovecharon el instante en que Race abrió la puerta y se lanzaron
fuera. La berlina estuvo a punto de aplastarlos allí junto a la acera
cuando empezó a alejarse lentamente. Con un
chirrido de neumáticos la berlina negra apareció a toda marcha por la
esquina. En esto, el joven policía sacó de repente su pistola y disparó
en dirección a Dieter que acababa justo de ver la lata e inclinarse
para cogerla. La bala le silbó por encima de la cabeza. Con un rápido
movimiento se tiró rodando hacia un lado cubriéndose detrás de un
jeep rojo, mientras sonó un segundo disparo. Se oyó una amplia explosión
que hizo temblar el Tribunal de Justicia. Era el ruido de la bala que
reventó el neumático delantero de la berlina, lo que le hizo hacer un
viraje empotrándose contra una farola. |